Hasta ahora, el marketing se basaba en el intrusismo y en perseguir a los consumidores. Esto se hace llamar Outbound marketing y es lo que tradicionalmente, se ha hecho en la publicidad y en el marketing.
Ahora, gracias a la comunicación 2.0, el panorama ha ido evolucionando a que la gente participe más activamente en la creación de contenidos. Hemos pasado de ser consumidores pasivos a consumidores activos. Opinamos en blogs, en páginas web acerca de un producto o servicio de una empresa cualquiera. De nosotros depende la reputación de una empresa y de su marca, ya que al tener voz y voto, los consumidores dictaminamos si estamos de acuerdo o no acerca de las políticas de compra y venta de las mismas. Sobretodo, y muy importante: que seamos lo más educados posible con los clientes y no alterarse a la mínima de cambio.
Por tanto, a la hora de realizar un buen marketing de verdad, la mejor forma es la atracción del cliente por el contenido que le transmita una web de una cierta marca. Obviamente, este contenido tiene que ser de interés para el consumidor, ya que de lo contrario, algo estamos haciendo mal. El contenido tiene que llamar la atención del consumidor, por eso el inbound marketing se lo marca como objetivo principal a llevar a cabo.
Los consumidores se sienten atraídos por el inbound marketing
No obstante, los consumidores atraídos por esta técnica de marketing conocen el mercado en el que se desenvolupa la empresa y permite saber las necesidades que se pretenden cubrir. Además, se conoce el tipo de producto que quiere el cliente y sus características.
El consumidor atraído por el inbound marketing se informa antes de llevar a cabo la elección de compra de un producto o servicio, se deja aconsejar y opina acerca de ello.
Por último, el inbound marketing pretende aumentar el número de visitas o de visitantes de una web para que acaben convirtiéndose en leads, que son aquellas personas que se registran en una web para interesarse en los contenidos online de una empresa.